07 Diciembre, 2023

Un llamado a la acción para la equidad en el mundo laboral

Por: Mariana Jaramillo
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¿Te has cuestionado si tu presencia marca la diferencia en la búsqueda de un mundo más justo e igualitario? En un momento en que la equidad de género reclama su lugar en el escenario, todos, sin importar nuestro género, tenemos un papel crucial en esta revolución por la equidad.
Recientemente asistí a una charla con Juan Carlos Trujillo, presidente de Procter & Gamble México, organizada por Women in Connection (WIC) para sensibilizar a sus empresas afiliadas en Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI). No fue solo otra conferencia, fue una experiencia que desencadenó una reflexión profunda sobre la necesidad de incomodarnos para lograr cambios significativos.

Juan Carlos nos instó a salir de nuestra zona de confort, a desafiar la complacencia que a menudo caracteriza nuestra perspectiva sobre la equidad de género. La incomodidad, argumentó, es el terreno fértil donde crecen las semillas del cambio. Es en ese espacio incómodo donde cuestionamos nuestras creencias, reconocemos sesgos y entendemos la magnitud de la desigualdad.
Incomodarnos implica confrontar nuestras propias acciones y omisiones, un acto de valentía que nos despoja de la venda cómoda que nos impide ver nuestros propios privilegios. Como bien señaló Juan Carlos Trujillo en la charla, es vital que nos interroguemos acerca de nuestras prioridades. “¿Nos hemos detenido a cuestionar si, como hombres, hemos tenido que elegir entre el desarrollo profesional y la paternidad? Este simple ejercicio revela cómo, a menudo, transitamos la vida sin notar los privilegios que nos rodean”.

La charla dejó claro que no ser parte del problema ya no es suficiente; debemos ser arquitectos activos de la solución. Este compromiso exige superar la resistencia a la incomodidad, abrazarla como catalizador esencial para la transformación.

La urgencia de incomodarnos radica en romper el silencio que rodea las conversaciones sobre equidad de género. Es fácil mantenerse en la periferia, pero la incomodidad nos desafía a sumergirnos en el meollo del asunto. ¿Cómo podemos trabajar por la equidad si no enfrentamos verdades incómodas y abordamos barreras invisibles?

Incomodarnos significa reconocer que el cambio real comienza con nuestras acciones y perspectivas. Significa cuestionar el statu quo y contribuir a un entorno laboral donde la equidad de género sea la norma.

La reflexión profunda, la autoevaluación y el compromiso son esenciales para desempeñar un papel significativo en la creación de entornos laborales equitativos. La incomodidad no es un obstáculo, es una herramienta para el crecimiento y la evolución. Incomodarnos es el primer paso hacia la equidad. Es un recordatorio de que, como sociedad, debemos enfrentar verdades incómodas y superar obstáculos que impiden la igualdad de género.

La charla de Juan Carlos nos dejó un desafío y una oportunidad: contribuir a un futuro en el que la equidad de género sea la norma y enfrentar la incomodidad como medio para alcanzarlo. La elección es nuestra y la incomodidad es la brújula que nos guiará hacia un mundo laboral más justo.

El cambio no espera a los cómodos; exige a los inquietos, a los que buscan la incomodidad como combustible del progreso. La acción es una responsabilidad compartida. Hagámonos compañía en la incomodidad para que la equidad de género sea una realidad que enriquezca nuestras vidas profesionales. Incomodarse no es solo un acto, es el motor que impulsa el cambio.

Mariana Jaramillo Thomas, miembro de Women In Connection.

Columna publicada originalmente en El Tiempo.


Fuente: El Tiempo. 7 de Diciembre 2023

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