21 Diciembre, 2022

Yo me comprometo a trabajar por un mejor 2023 ¿Y tú?

Por: Ángela Hurtado
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El cierre del 2022 nos recuerda tres años muy intensos. Todos estamos muy agotados y empezar un año difícil no luce muy alentador por naturaleza. El 2020, año de pandemia, hoy parece un sueño lejano o una realidad vista pero casi con sensación de no haber sido vivida. Luego, el 2021 con muchas esperanzas de haber pasado la página, pero aún sorteando largos cierres y restricciones, y tal vez el 2022, un año donde tenemos más perspectiva sobre lo que se hizo bien o mal en ese período tan complejo de sortear.

Se sacan muchas enseñanzas positivas y vemos muchos errores que seguramente tomará décadas o generaciones corregir. El 2023 tiene muchas proyecciones ya cocinándose y la realidad luce compleja. Empezando por el entorno externo, con fondos federales en USA al 5 %, claramente los activos de riesgo tienen una barra alta para tratar de atraer inversionistas por encima de esa rentabilidad libre de riesgo. Adicionalmente, las probabilidades de recesión en USA amenazan con que esos activos de riesgo no tengan un buen panorama. Sin embargo, se está empezando a sentir más optimismo en el crecimiento de China al salir de su política de cero covid y su impacto en el crecimiento global, evitando una recesión más profunda en Europa y, por lo tanto, un mejor comportamiento de los activos de riesgo. Esas van a ser las dos principales fuerzas para el 2023 y claramente no todo está escrito. Esto es suponiendo que el coco de la inflación ya deje de ser una amenaza incremental para el 2023. Lo claro es que a pesar de una menor inflación, el espacio de recorte de tasas en el 2023 por parte de los bancos centrales luce apretado.

Así las cosas, los activos de riesgo donde entra Colombia, van a tener que competir mucho por el que mejor perspectiva tenga para atraer, y aún más, mantener a los inversionistas actuales. La macro de LATAM parece pobre con una desaceleración desde más del 3,6 % en el 2022 a cerca del 0,7 % el próximo año, pero somos la región con los mayores niveles de tasas de interés y además con menos riesgos geopolíticos. Localmente, el entorno macroeconómico de Colombia también es complicado y no es de este año, seamos sinceros: viene en deterioro desde hace unos años. Sin embargo, eso no es excusa para ser complacientes y con ese contexto externo debemos ser muy cautos a la hora de tomar decisiones porque nuestro margen de error es muy limitado. Somos uno de los países con los déficit gemelos más altos del mundo (12 % sobre PIB) y con el menor índice de inversión neta internacional (activos-pasivos internacionales) a nivel global (52 % del PIB).

Como esta es nuestra realidad, debemos conocerla, aceptarla, y enfrentarla. Enfrentarla requiere unión, sensatez y diálogo alrededor de las nuevas reformas, de la construcción de país más allá del 2023 y eso requiere prudencia combinada con optimismo de todas las partes. Un sector privado activamente dialogando y proponiendo, mas no aleccionando; un sector público abierto, reconociendo lo bueno que se ha hecho y constructivo sobre las recomendaciones de los distintos actores, no excediendo en el impulso fiscal que es insostenible; académicos nutriendo con sus análisis profundos, pero reconociendo la incapacidad de emprender cambios grandes inmediatos; pero, sobre todo, gente en la calle positiva y sensata. El empresariado termina uno de sus mejores años y no debe ser para menos con casi el 8 % de crecimiento. Pero los necesitamos más que nunca y debemos protegerlos porque son la construcción del empleo y la generación de riqueza para todos. Los necesitamos contratando, invirtiendo y apostando por el país como siempre lo han hecho; necesitamos a los hogares consumiendo, pero con prudencia, muchas veces ajenos a los impactos nocivos de endeudarse a altas tasas de interés; un Ejecutivo dialogando y escuchando propuestas sobre los cambios que requieren ciertos sectores, pero protegiendo la institucionalidad del país; un Legislativo siendo riguroso y cuidadoso en la evaluación de las reformas.

Ya damos por descontado un 2023 con dificultades y retos, así que busquemos generar más confianza y enfrentarlo de la forma más inteligente y humana posible. No somos una isla solitaria donde sólo importa lo que hacemos acá. Somos parte de una globalidad y como tal necesitamos tomar decisiones estratégicas para que tengamos un país donde quepamos todos y sobre todo donde todos, locales y extranjeros, veamos el futuro de Colombia con optimismo. Hoy leía que el futuro es la construcción de muchos hoy. Así que con la construcción de un mejor hoy estamos haciendo un mejor futuro para todos. Yo me comprometo a aportar desde mi esquina a esa construcción diaria. ¿Y tú?

Ángela Hurtado, Presidente Women In Connection.

Columna publicada originalmente en El Tiempo.


Fuente: El Tiempo. 21 de Diciembre 2022

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