El tiempo, su mejor aliado o su peor enemigo
Comenzó este nuevo año y con él llegan las frases típicas con las que abrimos las conversaciones con amigos, familia y colegas: ¡Cómo está de cara la vida! ¡el tiempo está volando! Estas frases pueden ser muy reales y hay cualquier cantidad de teorías, desde económicas hasta científicas, para comprobarlas. Lo cierto es que esta es una buena época para reflexionar acerca de la importancia del buen manejo del tiempo, que cuando no se da, nos puede costar muy caro.
Existen muchas razones por las que la gente pierde el tiempo. Es posible que algunas personas no tengan un sentido claro de propósito o dirección en sus vidas, lo que puede llevarlos a involucrarse en actividades que no les brindan satisfacción ni les ayudan a alcanzar sus metas. Otros, al sentirse abrumados por el estrés u otras responsabilidades, pueden utilizar las actividades de ocio como una forma de relajarse y descansar. Algunas personas también pueden ser propensas a la procrastinación, lo que puede hacer que posterguen las tareas y pierdan el tiempo. Además, la tecnología y las redes sociales son distracciones que llevan a las personas a pasar demasiado tiempo en cosas que no son prioritarias.
Según un artículo publicado en la página web del Banco Mundial, los datos sobre el uso del tiempo son cada vez más importantes para las políticas de desarrollo. Estos datos muestran cuántos minutos u horas dedican las personas a actividades como el trabajo remunerado y el trabajo no remunerado (que incluye las tareas del hogar y el cuidado de los niños). Hoy se puede establecer que el bienestar individual depende no sólo de los ingresos o el consumo, sino también de cómo se ocupa el tiempo. Inclusive muestran estadísticas de las diferencias en el uso del tiempo entre hombres y mujeres, que permite entender la manera como las personas toman decisiones sobre el tiempo, afectando su bienestar y desarrollo.
Los datos sobre el uso del tiempo revelan cómo, en parte debido a las normas y roles de género, los hombres y las mujeres pasan su tiempo de manera diferente. Hoy en día se refleja una distribución desigual del tiempo dedicado al trabajo remunerado y al trabajo no remunerado: las mujeres en general pasan una cantidad de tiempo desproporcionadamente mayor en trabajos no remunerados y menos tiempo en trabajos remunerados, en comparación con los hombres.
En promedio, tanto las mujeres como los hombres ocupan la mayor parte de su tiempo (unas 11 horas en ambos casos) en actividades de cuidado personal como dormir y asearse. Pero más allá de esto, se pueden ver claras diferencias. Entre las mujeres, el trabajo doméstico no remunerado (que incluye el cuidado de los hijos y las tareas del hogar) es la segunda actividad más importante, con 5,1 horas), seguida del ocio, con 4,7 horas. Las mujeres dedican la menor cantidad de tiempo al mercado laboral (2,3 horas). En contraste, en el caso de los hombres, las actividades más importantes son el cuidado personal, el ocio y el trabajo, con aproximadamente cinco horas cada una.
Parte de estas diferencias tiene que ver con el desarrollo social de cada país, pero lo cierto es que todos por igual necesitamos entender que el manejo del tiempo se puede convertir en una herramienta fundamental para nuestro buen desarrollo.
Soy una mujer de 47 años, trabajo en una multinacional, manejo un equipo de ventas, soy separada, vivo lejos de mi trabajo y tengo dos hijos adolescentes; y a pesar de sentirme muy afortunada, he tenido momentos en mi vida en los que he querido renunciar a todo porque sentía que el tiempo no me alcanzaba para nada y que había un desequilibrio total en mis roles como mamá, esposa, ejecutiva, hija, etc. Parte de los aprendizajes que tuve en mi crisis de falta de tiempo y de una mala distribución de roles fue darme cuenta de que no tenía idea en qué estaba gastando mi tiempo y el poco manejo que le daba.
Esto trajo consecuencias, como el incremento del estrés y la ansiedad, sin contar lo que me ocasionó en mis relaciones personales y en la falta de liderazgo en el trabajo. Hasta que descubrí la matemática básica en una simple multiplicación que me cambió la vida y que hoy quiero compartir con usted: 8 x 3 = 24. Esto significa que tenemos 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y 8 horas para hacer cualquier cosa adicional. Suena fácil, dirán algunos, pero llevarlo a la práctica requiere un poco más de esfuerzo para que esta multiplicación realmente funcione y no se quede dormido más de la cuenta, o para que no se le acumule el trabajo o termine aburrido y pegado al celular.
Aquí le comparto cinco pasos importantes para sacarle el mayor provecho posible a esta simple operación matemática:
- Interiorice el concepto. El tiempo es una percepción de la mente, eso quiere decir que usted puede manejarlo como quiera y de la manera como lo necesite.
- Dele a cada segmento de ocho horas la importancia necesaria. ¡Priorice! Si prefiere dormir menos horas está bien, pero póngase objetivos, haga cronogramas y trate de cumplirlos.
- Manténgase en el centro de su vida o de sus actividades. Cuando vea que le está dedicando más tiempo a una actividad de lo que debería, pare, respire, vuelva a su centro, visualice lo que quiere y arranque otra vez.
- Use las distracciones para su beneficio. Ver el celular no es necesario, pero nos encanta, busque podcasts interesantes, audiolibros y también vea a sus amigos en Instagram, pero modérese.
- Felicítese cuando logre volver sus 24 horas una herramienta de desarrollo personal. No importa si al principio lo hace por un día, cree pequeños hábitos, sea consistente, que cuando menos se dé cuenta, habrá logrado grandes cambios en su vida.
Hoy, después de interiorizar el concepto, entendí cuán importante es para mi vida y para los que me rodean. Hoy me siento más segura, más empoderada y reconociendo la importancia del equilibrio como algo fundamental en mi vida.
Usted puede convertir el tiempo en oro o puede convertirlo en un verdadero desperdicio. La elección es suya y yo lo invito a que no se distraiga y más bien atraiga todo lo que quiera para su vida en este 2023.
Andrea Hernández, miembro de Women in Connection.
Columna publicada originalmente en El Tiempo.