25 Agosto, 2022

Por el mérito y la oportunidad

Por: Marcela Prieto
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Por el mérito y la oportunidad

Desde Women In Connection les preguntamos a varios líderes: ¿Cómo hicieron para llegar a donde están ahora? ¿Mérito? ¿Suerte? ¿Ambas? En Colombia, llegar a los puestos de liderazgo, a pesar de que tiene un componente indudable de mérito, también es consecuencia de donde se nace. Cambiar esta realidad de manera sostenida sería un triunfo contundente hacia un sano desarrollo como Nación; pero más importante aún, sería incorporar en la ecuación una mirada integral de equidad.

Por ello, vale la pena destacar la llegada al poder de una mujer como Francia Márquez, y que el nuevo gobierno empiece desde el principio a abrirles las puertas en los espacios de decisión a personas que tradicionalmente han estado alejadas de esa posibilidad a pesar de tener todos los méritos, sin que el lugar donde se nazca sea un determinante. Ese sí es el motor de una verdadera movilidad social. El mérito y la oportunidad deberán siempre venir agarrados de la mano.

El verdadero reto para el gobierno de “La Colombia Humana” será pasar de la retórica a la acción, implementando un modelo que brinde efectivamente oportunidades para todos y muy especialmente para las mujeres, ante una realidad donde la cancha sigue pronunciadamente desnivelada. Dichas oportunidades deberán ser entendidas con un sentido integral, partiendo de la educación, siempre y cuando el objetivo sea “cerrar las brechas de género, fomentando capacidades de liderazgo de las mujeres a lo largo de todas las etapas de su vida, y combatiendo estereotipos que reproducen la desigualdad” tal y como lo estipula el Programa de Gobierno de Petro Presidente. Dicha visión deberá incorporar espacios libres de violencia, participación política, e inclusive donde se apliquen acciones afirmativas temporales, con el fin de generar un cambio cultural de verdad.

Vale destacar también la propuesta de crear un Sistema Nacional del Cuidado, liderado por el nuevo Ministerio de la Igualdad, orientado a reconocer, recompensar, reducir y redistribuir el trabajo del cuidado de las mujeres, donde actúen conjuntamente el Estado, el sector privado, y la comunidad, así como encaminado a tener una sociedad sin brechas entre hombres y mujeres.

No obstante lo anterior, el nuevo gobierno no partiría de cero. Es fundamental reconocer que muchos de los objetivos planteados por el gobierno entrante, serían la continuación de iniciativas sobresalientes diseñadas bajo el liderazgo de la Vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y su equipo.

Sin embargo, el enfoque del nuevo gobierno genera algunas inquietudes. En efecto, proponer darle prioridad a las mujeres en el acceso a las tierras, a los servicios de salud y educación, e incluso al de empleo puede sonar muy loable pero el verdadero objetivo debería ser el de poner tanto a hombres como a mujeres en el mismo partidor. Esa es la verdadera igualdad. El enfoque debe orientarse hacia generar cambios culturales que incluyan a los hombres en la transformación social. Este sin duda sería el detonante hacia una sociedad más justa, pujante, innovadora y creativa.

Un hito tangible de equidad con enfoque de género debería plasmarse en el proyecto de Reforma Tributaria presentado ante el Congreso. Este no solo tiene que garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional del Cuidado, sino generar los incentivos para lograr ese anhelado cambio cultural. Si bien es válido que el modelo social y económico del nuevo gobierno quiera más Estado, esto no puede construirse a base de subsidios, ni quitándole mérito al emprendimiento, a la financiación de deuda o a la educación financiera. Las cifras demuestran no solo que las mujeres a la hora de pedir un crédito lo hacen generalmente para montar negocios, sino que son excelentes pagadoras. Es de celebrar por ejemplo el acuerdo llegado con el Fondo Nacional del Ahorro, entidad que abrió un canal de garantías con enfoque de género por más de 500 mil millones de pesos. Pero sin duda es perverso plantear que el cambio cultural lleve a las mujeres a buscar ayudas de carácter asistencialista en vez de impulsarlas creando mayores facilidades para el emprendimiento y la autonomía financiera sin depender de subsidios del Estado. Ejemplos como éste sí ayudan a nivelar la cancha con respecto a los hombres y así llegar a tener una verdadera igualdad, pero de oportunidades.

Marcela Prieto, Miembro de Women In Connection.

Columna publicada originalmente en El Tiempo.


Fuente: El Tiempo. 25 de Agosto 2022

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