No más niñas invisibles
Todos los días salen noticias sobre el terrible impacto económico que el covid-19 está teniendo en el mundo entero. Pero ¿quién está hablando del impacto social y las consecuencias que esta pandemia está teniendo en las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, que antes de que llegara el virus ya eran la población más vulnerable y violentada?
Ser niña en este mundo es un reto diario. Pero ser niña en medio de una pandemia global es un acto de supervivencia. Con la llegada del covid-19, todos los aspectos de su cotidianidad se están viendo afectados: su bienestar, seguridad, salud, educación, alimentación y acceso a tecnología. Sus vidas están detenidas; sus necesidades, ignoradas, y sus historias no están siendo escuchadas.
Estar obligadas a quedarse nuevamente en sus casas implica un retroceso inmenso en su desarrollo y en su plan de vida, ya que en muchísimos casos son obligadas a hacer las tareas domésticas y a cuidar de sus hermanos, en lugar de estudiar; y en los peores casos, están sometidas a convivir con su maltratador. Si a esto le sumamos que la falta de ingresos en el hogar puede empujar a las niñas y mujeres jóvenes a tener relaciones sexuales transaccionales de riesgo, explotación sexual, estamos hablando de más casos de violencia de género, infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados.