05 Octubre, 2022

Negociación de la brechas de Género

Por: Sol Beatriz Arango
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En mis años de vida no he sentido en carne propia el flagelo de la discriminación femenina ni tampoco me he apoyado en ser mujer para conseguir lo que he logrado. He podido ejercer mi profesión, ser esposa, madre, ama de casa y amiga, con amplitud y dignidad. Sin embargo, con el paso del tiempo he evidenciado que hay una fuerte negación frente a las brechas de género, que nuestra cultura nos sesga, que el feminismo nos apena y que la mayoría de las mujeres en Colombia no tiene el terreno nivelado para crecer, desarrollarse y acceder a las oportunidades. Quizás mi experiencia personal dista de la dura realidad de la mujer en Colombia.

Con bastante frecuencia he escuchado frases entre colegas y amigos, tanto hombres como mujeres, refiriéndose a sus empresas, equipos de trabajo e incluso a sus familias, asegurando que las mujeres lideran, influyen, participan y son el centro de las principales decisiones empresariales y familiares. Pareciera que esta afirmación fuera una forma de ocultar con naturalidad la problemática de la mujer en nuestra sociedad. En efecto, las cifras del país no acompañan esta realidad y nos negamos a aceptar que la mujer tiene un espacio aún muy importante por ganar.

Silenciosamente observamos como Colombia se desplomó el año pasado 13 posiciones en el informe global de género, para un total de 39 puntos en cinco años, retrocediendo y desperdiciando tiempo valioso en el cierre de sus brechas. El país tiene una oportunidad maravillosa para hacer de la mujer un motor de crecimiento, consumo e inversión y un agente de competitividad empresarial. Nada más demostrado alrededor del planeta, como caso de negocio, que la diversidad y la inclusión de la mujer generan valor, innovación, progreso y desarrollo.

En medio de esta realidad cultural que niega la evidente inequidad hacia la mujer, he tenido la fortuna de integrar y conocer por dentro a Women in Connection (WIC), una asociación que pretende unir el poder transformador de mujeres líderes del país que, como yo, queremos ser parte de la solución, inspirar a otros, elevar el nivel de conciencia y movilizar cambios en equidad e inclusión femenina, para generar impacto positivo en la sociedad.

Las prioridades de este dinámico equipo comprenden tres frentes: El primero, asegurar que la mujer desarrolla su capacidad de decisión e influencia desde el liderazgo; el segundo tiene que ver con promover las oportunidades para ellas en la fuerza laboral, el emprendimiento y la inversión, y el tercero corresponde a evidenciar los sesgos inconscientes y los estereotipos en todos los ámbitos, aceptando que son una realidad, y así buscar que se reduzcan y que la mujer brille sin juicios ni remordimientos.

Las mujeres debemos estar en el centro de la discusión del país. Por eso son muchos los temas que estamos activando y promoviendo desde WIC, por ejemplo, las políticas públicas con foco en género, la participación de las mujeres en juntas directivas y en posiciones de liderazgo, la importancia de prepararse en carreras STEM para acceder a las oportunidades y cómo compartir el tiempo dedicado al cuidado de manera más equitativa con los hombres, entre muchos otros.

En WIC hemos logrado importantes avances, pero el reto es inmenso. Tenemos plena consciencia de que además de inspirar mujeres para que crean en ellas mismas y busquen sus espacios, se requieren grandes aliados en este desafío: ante todo los hombres, quienes son los llamados a promover y brindar las oportunidades; también los legisladores y gobernantes, quienes deben definir y poner en práctica los incentivos correctos, las empresas de todos los tamaños y sectores, para que identifiquen sus brechas y adopten una ruta deliberada de equidad y finalmente los jóvenes y los educadores, que son los llamados a romper el ciclo cultural.

Con optimismo vemos como ya somos más de cien líderes de todos los rincones y disciplinas, comprometidas con las futuras generaciones de mujeres en cambiar su realidad, aprendiendo, tomando conciencia y multiplicando nuestra voz.

No permitamos que la negación de una realidad nos impida actuar y tomar las decisiones que Colombia pide a gritos. Aceptemos que no estamos haciendo lo suficiente y que es tarea de cada uno de nosotros identificar las brechas y decidir ser parte de la solución.

Sol Beatríz Arango, miembro de Women In Connection.


Fuente: El Tiempo. 5 de Octubre 2022

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